Mas Birras

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La reciente edición de Más Birras '(1985-1993)', grabaciones completas del grupo zaragozano, recupera para las jóvenes generaciones una de las páginas más hermosas y entrañables de la historia del rock en Aragón. Desde que el mítico Rocky Kan grabara sus primeros discos de rock en los lejanos años 60 hasta los impecables trabajos de artistas como Carmen París, Bunbury y Amaral, han sido numerosos los nombres que han escrito desde la escena rockera la historia de la música popular en Aragón.

Al repasar esa larga historia, resulta difícil encontrar una banda más comprometida con su tierra, una banda más "nuestra" que los Más Birras. Formados en el año 85 como continuación natural de los legendarios Golden Zippers, los Más Birras elaboraron su particular universo desde unos presupuestos que chirriaban con las modas del momento: frente a la estética frívola y descarada de los 80, los Birras, aparentemente ajenos a su tiempo, optaron por una estética encarnada en la vieja cazadora de cuero y brillantina en el tupé; y frente al proverbial desencanto postransicional de las bandas nuevaoleras, optaron por un sincero compromiso social no exento de grandes dosis de humor.

Ajenos a las historias que hablaban de la desgana y el aburrimiento en la ya adolescente democracia, cuando no de truculencias del más variado registro, los Birras continuaron describiendo hermosas historias de amor, desamor y amistad donde se daban cita mujeres fatales, ambientes urbanos, viajes sin destino y kilómetros de tierra dura e inmisericorde. En gran medida, los Birras siguieron contando las viejas historias una y mil veces contadas por el rock,n,roll. Estas páginas no pretenden sino reivindicar la memoria de un gran grupo a través de una discografía repleta de buena música y auténtica poesía.

El nuevo grupo, formado inicialmente por los miembros de Golden Zippers Mauricio Aznar (guitarra y voz), Miguel Mata (bajo) y Víctor Jiménez (batería), se dará a conocer como trío en un concierto en Zaragoza durante la Cincomarzada de 1985; unas semanas después se unirá al grupo Mariano Ballesteros (saxo). Desde los primeros conciertos se hará evidente el importante cambio de intereses del nuevo grupo con respecto a los viejos Golden Zippers: de un repertorio compuesto principalmente por versiones en inglés de viejos rockeros como Gene Vincent, Eddie Cochran o Jerry Lee Lewis, y rockabilly en castellano muy influido por los Crazy Cavan, los Birras pasaron a completar un repertorio propio, totalmente en castellano y musicalmente mucho más sensible a otras influencias, fundamentalmente nuevos rockers -Stray Cats, Rebeldes, Loquillo-, Dylan y heartland rock -Tom Petty, John Mellencamp, Bruce Springsteen-, pero también bastante sonido Southern y Country rock americano.

Por otra parte, el grupo asumirá sin ningún tipo de mistificación un aragonesismo reivindicativo que lo integrará en sus letras y en su estética. 'Al este del Moncayo', grabado en los estudios Tsunami de San Sebastián y editado por Grabaciones Interferencias, saldrá a la calle en el año 87. La portada, sobria, monocromática y oscura, muestra al grupo en la carretera de Litago ante un desolador fondo coronado por el Moncayo. De los seis temas que integran el mini-LP, tres describen road movies en las que el adiós, la chica y el desamor son los protagonistas. Duras historias, como la descrita en 'Esa chica llamada soledad', canción firmada por Mauricio y Gabriel Sopeña -importante colaborador a lo largo de toda la historia del grupo-, sobre una idea original de Paco Calero "el conseller": "Mi hogar lo llevo en la cabina del camión / Mi carga es la distancia y el adiós... / El adiós"... "Dios no hizo la tierra donde me pueda ubicar. / Soy sólo una sombra sin hogar... / Sin hogar". O la bellísima Apuesta por el rock,n,roll, también escrita por Mauricio y Sopeña a partir de un borrador original, 'Apuesta con el rock,n,roll', escrito por Paco Calero: "Larguémonos, chica, hacia el mar. / No hay amanecer en esta ciudad. / No sé si nací para correr, / pero quizá sí nací para apostar...". La terna road la completará una adaptación al castellano del viejo Midnigth Train de J. Burnette, otra triste canción que también nos habla de desamor y soledad: "Ahora sólo queda en el recuerdo / tu imagen lejana en el andén"..."Triste es el silbido a medianoche, / triste es cada amanecer / ¡Ay, amor! Bajo la lluvia estoy / ¡y es tan fría la noche en la estación!". Pero junto a un repertorio elaborado en torno a la figura del perdedor, el grupo mostrará asimismo un lado divertido y lleno de humor; es el caso de la irrepetible 'Maldita sea mi suerte', canción escrita por Mauricio en la que el grupo, entre referencias a chorizos y longanizas, tractores y conejos, le declarará el amor a su tierra: "Los amigos en la taberna / me dicen que el agua de mayo está al caer / pero al Este del Moncayo sólo hay sed / y el desierto para correr. / Y maldita sea mi tierra por quererla / como si fuera mi mujer, / como nadie la podrá querer".

Una letra que nos trae a la memoria las viejas canciones de José Antonio Labordeta dedicadas a Aragón, pero adaptadas a la estética aragonesista cachonda e irreverente del genial dibujante Alberto Calvo y de los fanzines 60 Burras y 200 kilos de Ternasco, todos ellos íntimamente unidos a la historia del grupo. Ese lado gamberro de los Más Birras quedará plasmado en la divertida '¡Oh Ana!', canción de Gabriel Sopeña y J.J. Blasco no publicada en el LP pero sí en el single y el maxi como cara B de 'Apuesta por el rock,n,roll'. 'Al este del Moncayo' se cerrará con la prescindible 'Moliendo café' y con 'El siguiente eres tú', tema escrito y cantado por Sopeña que trata sobre el problema del caballo; un problema del que, lamentablemente, tampoco se libraría el propio grupo.

El segundo mini-LP de Más Birras, 'Otra Ronda', también será producido por Grabaciones Interferencias y grabado en los estudios Tsunami de San Sebastián. Su año de publicación, 1988. Un nuevo disco que, comparado con Al este del Moncayo, presenta una temática mucho más urbana. 'Otra Ronda' es un trabajo que desde la portada misma -los Birras sentados en la barra de una conocida taberna del casco viejo-nos invita a pensar en la vieja ciudad de Zaragoza.

Referencias directas a esta ciudad las encontramos en 'Asesinato en Torrero', tema firmado por Mauricio y Miguel donde el grupo nos ofrece una imagen muy poco atractiva del barrio de Torrero, con su canal, su cárcel, su cementerio y su poco probable asesino a sueldo. Mucho más interesante es la maravillosa 'Cass (la chica más guapa de la ciudad)', auténtica canción estrella del disco, escrita por Sopeña y el filósofo y poeta aragonés de adopción José Luis Rodríguez a partir de un texto original de Bukowski. La canción describe en tono entrañable la historia de Cass, una adolescente diosa que tarareaba canciones de Dylan, reía como un sábado y guiñaba el ojo como si recitara poemas; una joven diosa, ¡ay!, que acabará sus días arrollada por el Chevrolet de un repartidor de Coca-Cola. "Y ahora la lloramos todos / y enviamos violetas / a direcciones inventadas, / todas dirigidas a Cass /...la chica más guapa de la ciudad". Una gran canción que se convertirá en una de las favoritas entre los seguidores del grupo. Y si hablamos de mujeres que dejan huella, no podemos olvidar la divertida Isabel, ruidosa ranchera dedicada a una atractiva vampiresa más mala que el propio Lucifer y que, obviando el amor de su pringado novio, acabará fugándose con un tío de pelas a Navacerrada ("¡qué guarra!"). Isabel será el particular homenaje de Más Birras al grupo de origen mexicano Los Lobos.

El clásico tema chico-chica-desamor en un contexto urbano todavía se reflejará en dos temas más firmados por Mauricio y Sopeña: 'Vuelta atrás', que incide de nuevo,¡cómo no!, en ese amor traidor que nos muestra la cara amarga de la derrota propia y ajena: "Será la derrota quien te devolverá / y aun la voz del tiempo que guarda tu soledad / te traerá al recuerdo que / el primer amor no vuelve jamás". Y No voy a ningún sitio, una declaración de amor que invita a la huida y al comienzo de una nueva vida: "No busco la tierra prometida, / sólo busco una salida, / y yo no voy a ningún sitio, / vamos donde quieras, / sólo espero que decidas, / y no importa el camino que elijas, / porque vamos a tomarlo, / y vamos a sentir toda la locura, / del deseo en nuestra piel". Tal como hicieran en el anterior trabajo, en 'Otra Ronda' los Birras también ofrecerán su particular homenaje a los grandes rockers; en esta ocasión se trata de la adaptación al castellano del clásico Summertime Blues, escrita por el gran Eddie Cochran.

Con la grabación de 'Otra ronda' Más Birras pondrán término a una época para iniciar la etapa de madurez, etapa que vendrá acompañada de importantes cambios.

'La última traición', grabado en 1990 y publicado al año siguiente, traerá cambios importantes. En primer lugar, el grupo se convierte en quinteto con la incorporación del gran guitarrista Quino Díaz, cantante de los únicos e irrepetibles Parkinson durante su segunda etapa. Además de la destreza de Quino, el trabajo de un gran número de colaboradores dotará al disco de una sensación de seriedad y profesionalidad hasta entonces desconocidas.

Más Birras había firmado previamente con la discográfica Pasión Cia., y en esta ocasión el grupo no grabará en Donostia, sino que lo hará en los estudios Quarzo de Madrid. Musicalmente el grupo ampliará sus intereses, introduciendo sonido southern rock (la parte instrumental de 'La Telaraña') y, particularmente, sonido folksinger y country rock ('Hay una cruz en el Saso', 'Besos tan dulces como la miel', 'Arriba en la montaña' y 'Sin sentido'). Los cambios introducidos en este tercer trabajo, sin embargo, no siempre serán beneficiosos; así, 'La telaraña', canción escrita por Sopeña, quedará destrozada por unos absurdos arreglos de viento que el grupo nunca debió consentir.

Por otro lado, tras una primera escucha queda la sensación de que la producción del disco está dirigida a convertir al grupo en algo que de ningún modo podía ni pretendía ser: un grupo comercial y multitudinario. Sin embargo, las letras seguirán respetando la temática tradicional del grupo y aportando hermosas historias de amor y carretera: 'Besos tan dulces como la miel', versión en castellano de la archiconocida Kisses sweeter than wine, nos describe la larga historia de un amor que, lejos del tópico, no acaba en pareja feliz sino en pareja feliz rodeada de nietos como "para parar un tren". En 'La última traición', firmada por Mauricio, escuchamos de nuevo una historia de desamor y traición: "No me volverás a ver / fuiste mala con mi cariño y no me queda valor / para volverte a besar donde otros ya han besado". Y en Nada queda, la triste historia de un adiós: "Y tú te vas, mi viejo amor / me quedo libre como el sol, / pero el candado del dolor / me ha encerrado el corazón. / Y tú te vas, me quedaré sentado / en el estanque de mi soledad, cansado / oiré caer la tarde como una canción". Las letras de las canciones mejoran, se cuidan más y tienden a hacerse más poéticas. Pronto nos veremos y Sin sentido son dos canciones en las que los Birras retoman la historia del caminante vagabundo que abandona su lugar en busca de un destino y de una respuesta; un tema recurrente en la temática del grupo y que se adapta perfectamente a su música; en Pronto nos veremos escuchamos: "...algún camión me recoge en la comarcal 202 / y los días se confunden con el ruido del motor...", " ...la carretera / en donde quiera es ya mi hogar...", "¡Hey! Mr. Ford, no me arrepiento de lo que soy / un polizón en un barco a la deriva y sin tripulación...".

Hermosas canciones firmadas por Mauricio, quien para entonces ya era la imagen del grupo y su líder indiscutible, tal como se pone de manifiesto en la portada misma. Pero sin duda, las canciones más logradas del disco son aquellas que nos hablan de la lucha de unos pocos hombres en una tierra dura donde la supervivencia es un reto planteado a cada momento; dos hermosas canciones firmadas por Mauricio en colaboración con Sopeña -'Hay una cruz en el saso'- y con Sarah Sánchez -'Arriba en la montaña'- recuerdan con emoción a los perdidos pueblos de la montaña y a sus últimos pobladores; dos canciones que podrían hacer referencia a cualquiera de los cientos de pueblos aragoneses desaparecidos por el abandono ante el empuje de un progreso no siempre humano ni bienintencionado.

La bellísima 'Hay una cruz en el saso' -versionada recientemente por el grupo aragonés Mallacán- describe en primera persona las reflexiones del último habitante que se resiste a abandonar su tierra: "Lejos del valle y de la capital / donde la cordillera se hace azul / donde la distancia es el monte / y al cielo se le trata de tú a tú, / donde los pastores crearon un país / donde la justicia era un honor / esa es la tierra donde yo nací. / Hay una cruz en el saso / donde los mastines aúllan soledad / donde cada noche enciendo fuego pa' cenar / migas, uva y vino por los que se han ido. / Yo maldigo la ciudad / porque todos se fueron de aquí. / Sólo quedábamos Germán y yo, / Germán se murió en febrero / y ahora sólo queda mi ganado. / Ahora sólo queda el eco y yo"... "...marcado por el viento y por el sol / mi vida es parte de esta tierra, / yo pertenezco a esa clase de hombres / que un día marcaron su ley". Y en 'Arriba en la montaña' escuchamos el doloroso recuerdo de aquel que dejó su tierra: "Cuando la tarde muere, con el silencio / vuelve al pensamiento el monte / que dejaste tan lejos / bajo el cielo de tu pueblo / en el frío recuerdo" ... "Porque arriba en la montaña lo encontrarás / porque abajo en el río descubrirás / que los vientos y las aguas / no murieron con el alba" ... "...vuelve a desplegar tus alas / y a volar contra el viento / por encima de las copas / de los álamos perdidos" ... "...moja tus pies en el río y sentirás / que el cauce del olvido se estancó en la ciudad".

De nuevo, hermosas canciones que nuevamente nos traen a la memoria los mejores versos de Labordeta dedicados a aquellos que se vieron forzados a abandonar su tierra. La última traición supondrá un importante progreso en la expresión musical y poética del grupo, un progreso que se materializará en una mayor venta de discos, un mayor número de conciertos y una mayor presencia en los medios de comunicación. La historia de Más Birras culminará con la grabación de su cuarto disco, el titulado Tierra quemada.

'Tierra quemada', grabado en Madrid para Pasión Cia. y publicado en 1992, será el cuarto y último disco del grupo. Será asimismo el trabajo que contenga los mejores temas y las mejores letras; y también el disco con más auténtica y rotunda poesía. En mi opinión, con 'Tierra quemada' los Birras firmaron el mejor trabajo de toda su carrera, lograron expresar la madurez artística del grupo y confirmó a Mauricio Aznar como un grandísimo poeta.

Musicalmente similar al anterior, el disco gozará sin embargo de una mayor calidad en las composiciones y contará con una producción (firmada por Tony Luz) mucho más ajustada a las características y necesidades del grupo. Hay que subrayar también el hecho de que, tras la marcha de Quino, el grupo contará con la presencia del soberbio guitarrista Josu R. García, en aquella época músico de Carmen París; guitarrista de gran experiencia y técnica impecable, Josu aportará al disco algunos de los mejores momentos. La portada de Tierra quemada nos presenta un desolador paisaje entre volcánico y monegrino arrasado por el fuego, metáfora del hombre solitario y de alma errante que se haya en continua búsqueda empujado por su pasado. Imagen del hombre solitario, en la contraportada aparece la expresiva imagen compuesta por una guitarra junto a unas botas camperas.

Con 'Tierra quemada' Más Birras consiguirán desarrollar su verdadero sonido y su auténtica personalidad como grupo. De las diez temas que componen el disco solamente 'Más madera' y 'Blues del hijo de Dios' harán concesiones al proverbial buen humor del grupo; el primero, un buen tema firmado por Mauricio y Miguel, recupera la tradición rockabilly del grupo (puro sonido Stray Cats) y reivindica en tono de humor la huída a las montañas, lejos de la civilización y de los problemas del corazón: "...no subas a buscarme, olvídate de mí. / No caeré en tus tentaciones, / no necesito volver a caer enamorado, ..." Y advierte: "si asomas la cabeza dispararé". El segundo tema, Blues del hijo de Dios, es un incendiario blues a lo Albert Collins firmado por Mauricio y Sopeña para lucimiento de Josu y Mariano, quienes bordarán una grabación inolvidable. Sin embargo, el tono general del disco es definitivamente grave, centrado en un yo sumido en un sentimiento de insatisfacción y soledad que va más allá de la expresión de una situación concreta para reflejar un estado del alma y una actitud existencial. Es el caso de Quién ha venido, canción que, en mi opinión, contiene la mejor letra del grupo. El tema está firmado por Mauricio, y dice así: "He arrancado los cierres de todas las puertas / ¿No lo has notado al entrar? / He subido al desván /y con el silencio he estado charlando otra vez. / Al viejo piano lo encontré solo y desafinado. / Un cuadro mirando a la pared, / el techo filtrando a la luz"..."He venido de siempre a recordar mis propios pasos / reemprendiendo la senda que se abrió a puro brazo. / Pregúntale al tiempo / si sabe quién cabalga por mis venas. / Escucha mi nombre y guárdalo dentro del corazón"... "Y dime quién ha venido hoy, / quién me nombró con mi propia voz. / Y dime cuanta es la distancia del amor. / Dime quién soy"..."Y he buscado en la noche los latidos / del hombre encerrado en mi ser. / Y he pateado el reflejo de la Luna / en el suelo mojado de hiel. / Hablar por hablar, / no es mas que aguantar la murga de un borracho. / Andar por andar, /sin pararse a pensar que tu huella se borró"..."Pregúntale al tiempo / si sabe quién cabalga por mis venas. / Escucha mi nombre y guárdalo dentro del corazón"... "Y dime quién ha venido hoy, / quién me nombró con mi propia voz. / Y dime cuanta es la distancia del amor. / Dime quién soy". Una gran letra a la que quizás le hubiera correspondido una música más apropiada.

Esa misma sensación de soledad es la que nos transmite 'El hombre del tambor', otro gran tema escrito por Mauricio y que nos recuerda a las grandes bandas sureñas; en esta ocasión la música y letra se adaptan perfectamente, creando así uno de los mejores temas en la historia grupo: "Lobo solitario aullando en la tierra sin ley, / un pregonero dando voces a las puertas del Edén. / Un poeta vagabundo saltando de tren en tren, vino con el polvo y volando con el viento se fué"... "¡Hey! Hombre del tambor y la harmónica, / espérame un poco mas, / pues no hay un sitio a donde nadie / quiera verme regresar... ¡Espérame! / Me marcharé antes que la dura lluvia / comienze a caer entre mis manos". Este gran tema de Más Birras será plasmado por Angel Gonzalvo "Corchan" y Carmen Pérez en dos interesantísimos montajes de video -uno destinado a la página web del grupo y otro como pista para el cd recopilatorio- que recorren en menos de cinco minutos toda la historia del grupo, incluidos los viejos tiempos de Golden Zippers. De insatisfacción y huida nos habla también Carne de tren, canción de Sopeña convertida en un cañero tema southern que contiene la expresiva exhortación "Dónde diablos va este tren?... ¡Llévame donde sea!". El grupo recreará también el tema del desamor, siempre tan presente en su temática: Sopeña firmará Loreto, sonido southern, y Promesas rotas ("Oh, fuimos tan solo, tan solo promesas rotas. / ... promesas rotas con el sol del amanecer"), un extraño tema cuya música cabalga entre lo celta y lo zíngaro; por su parte, Mauricio firmará Ya me voy y la maravillosa balada Voces de tango, vieja y triste canción de amor publicada originalmente en el año 87 y contenida en el primer maxi del grupo: "Temo que al amanecer vuelva a recordar que sin tí, / esperar es matar el fuego que por ti siento en mi pecho. / Y de mí escapa la risa falsa en vez de empezar a llorar. / Y volver a llorar tan solo; otra vez por ti"... "Y escucho las voces del tango / al ver todas las bazas que he perdido, / al seguir en la timba de amar, / en la puerta de un bar. / Atado a un querer por tí. / Por ti". Voces de tango, una de las grandes canciones del grupo, se convertirá desde el comienzo en un tema de referencia de la banda.

Canciones hechas auténtica poesía y escritas por un gran poeta. Y como broche final de Tierra quemada, Mauricio y Sopeña firmarán Para llegar a ti, canción única e insuperable, que no sólo cerrará el disco sino que también pondrá fin a la historia del grupo.

Para llegar a ti es, sencillamente, una de las mejores canciones escritas por una banda española de rock; y después de cien escuchas, no es posible dejar de sentir la profunda emoción que transmite la voz de Mauricio arropada por el grupo. No sabemos qué hubiera sido de Más Birras si hubieran continuado como grupo; lo que sí sabemos es que con Para llegar a ti firmaron la mejor despedida posible: "Cuando me miro hacia adentro / me encuentro de golpe con tus ojos mirándome. / No me importa el dolor ni perder todo lo que amé / porque si hay que esperar, esperaré. / Tengo una vida para llegar a ti"... "Tuve prisa por descubrir todo de golpe, / fuí mi fosa y mi rehén. / Y volvería a empezar / si supiera cómo aprender a sentir otra vez, / el miedo de andar mintiendo para llegar a ti"... "Hoy me despierto en la cárcel del alba mil veces, / cada día es un final. / Voy ganado la fe para ser capaz de llorar. / Al oir mi canción me entiende / que esa es la senda para llegar a ti"... "Y me darán la espalda, / venderán mi piel, / van a acusarme de traidor. / Para llegar a tí sería capaz / de alianzas con la soledad".

Pasados ya diez años desde la desaparición del grupo, 'Maldita sea mi suerte', 'Esa chica llamada soledad', 'Apuesta por el rock,n,roll', 'Cass', 'Isabel', 'Vuelta atrás', 'Arriba en la montaña', 'Hay una cruz en el saso', 'El hombre del tambor', 'Para llegar a tí'...son canciones que ya forman parte de la mejor y más enraizada cultura de nuestra tierra. Tras la separación de Más Birras en 1993, cada uno de sus componentes siguió su camino en el mundo de la música, pero inevitablemente todos los recordamos como parte de esa gran experiencia musical y humana que fue Más Birras.

Algunos de ellos ya no están entre nosotros: Mauricio y Quino se fueron en su momento más creativo. Antes de irse nos dejaron su trabajo, una hermosa herencia que valió la pena conocer y de la que nos sentimos orgullosos. La música de Más Birras estará siempre presente en nuestros corazones y en el corazón de nuestra tierra.

En 2002, el sello Stop lanza una estupenda recopilación de sus grandes éxitos en un disco doble titulado '(1985-1993)' que ponía en funcionamiento el sello Stop.



Redacción NO80s
(Aportaciones: Javier Aguirre)

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